El Barça respondió al desafío y salvó la difícil papeleta que le había planteado el Real Madrid. El equipo azulgrana venció por 71-69 en un partido pleno de emoción. Cambió así por completo la mala pinta de la final para sus intereses después de su clara derrota en el primer combate y su mala salida en el segundo. Un Mirotic, una vez más inmenso y afinado a medida que se acercaba el final, además de Davies, Higgins, Jokubaitis y todo el equipo al completo apretaron de firme en defensa y se rehicieron de su insuficiente respuesta en el primer partido y en los cinco primeros minutos del segundo, cuando llegaron a acumular 10 puntos de desventaja.

Yabusele y Deck y la defensa del Madrid en general se centró sobre Mirotic. El jugador montenegrino empezó bien, luego sufrió ante la labor de desgaste a la que fue sometido y  sacó a relucir su mejor versión en los compases finales del partido. Se erigió en el hombre decisivo con dos canastas en los momentos en los que más lo necesitaba el Barça. Concluyó con 26 puntos y siete rebotes. Le secundó Higgins, autor de los dos tiros libres que cerraron el marcador puesto que en la última jugada del Madrid y del partido, Causeur falló un triple y el rebote salió largo y Calathes bloqueó la recepción de Rudy Fernández. Ganó el Barça y las espadas de la final vuelven a estar en lo más alto. Con empate a uno, deberán disputarse los dos próximos encuentros en Madrid y, de ser necesario, el quinto, la serie se decidiría en el Palau. 

El Barça tardó tres minutos en sumar su primer punto en el partido, con tiros libres de Higgins, y obtuvo su primera canasta en juego gracias a Mirotic cuando ya habían transcurrido cinco minutos de juego. El Madrid explotó a fondo la agresividad ofensiva en el interior de la zona especialmente de Tavares, Deck y Yabusele, y también su superioridad  en el balance de pérdidas y recuperaciones de balón. La entrada de Smits, Davies y Jokubaitis cambió la dinámica del juego. El Barça mejoró su defensa y el Madrid sufrió mucho más en el interior de la zona y no pudo oxigenar su juego porque su balance en los triples fue muy deficiente.

Una canasta en penetración de Calathes dio la primera ventaja del encuentro al Barça, 26-24, en el minuto 16. El Madrid, que no pudo contar con Randolph, gravemente lesionado en el primer partido, mantuvo el tipo y la igualdad presidió el juego y el marcador. Las malas noticias se acumularon en el inicio del tercer cuarto. Sanli, con  molestias tras el esguince que le impidió el primer partido, sumó su cuarta falta. Y poco después Calathes sufrió un fuerte golpe en el pómulo tras un choque con Davies y recibió unos puntos de sutura, aunque poco después regresó a la cancha.

El Madrid se adelantó ligeramente (46-52) aprovechando dos fallos de Davies en los tiros libres y un triple de Llull. Pero Mirotic, con cinco puntos seguidos, Kuric, muy certero en los rebotes, y Laprovittola con un dos más uno pusieron de nuevo por delante a su equipo (56-54) coincidiendo con la conclusión del tercer cuarto.

Mirotic, Jokubaitis y Higgins aceleraron en el inicio del último cuarto y el Barça obtuvo su mayor ventaja en el partido (65-57). Pero los ocho puntos de diferencia se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos. La defensa azulgrana cedió hasta siete tiros libres seguidos al ataque del Madrid y volvió el empate al marcador, a 65 puntos. Falló Yabusele dos tiros libres más y Davies hizo lo mismo, en un síntoma del peso del cansancio y los nervios que hacían presa de todos los jugadores en un final apretadísimo.

Las dos canastas de Mirotic, fueron respondidas por Tavares. Y en última valieron los dos tiros libres de Higgins para solventar un partido que devuelve las opciones al Barça en su intento de repetir el título que obtuvo la pasada temporada. Para ello será imprescindible que gane al menos un partido en Madrid, algo a lo que ya está acostumbrado esta temporada.