El Barça despejó todas las dudas después de su tortuosa serie ante el Zenit de San Petersburgo, recuperó su mejor versión, arrolló al equipo ruso en el quinto y definitivo partido en el Palau Blaugrana (79-53) y se clasificó para la Final Four. El equipo azulgrana regresa, siete años después, a la cita de los cuatro mejores equipos de Europa. Se disputará del 28 al 30 de mayo en Colonia, y en ella el Barça buscará un puesto en la final ante el Armani Milán que, también en el quinto partido, superó al Bayern Munich (92-89). En la otra final, se enfrentarán el CSKA de Moscú y el Anadolu Efes, que eliminó al Real Madrid tras vencer en el quinto partido (88-83).

El proyecto del Barça, el que empezó cuando consiguió el audaz fichaje de Mirotic y el regreso de Abrines desde la NBA en 2019, el mismo año en el que incorporó a Brandon Davies y Cory Higgins, y que prosiguió con la llegada de Saras Jasikevicius el pasado verano y de Pau Gasol en febrero, sigue alcanzando sus objetivos, tras haber conquistado la Copa del Rey.

Las dudas y la zozobra en los cuatro primeros partidos de la serie de cuartos de final ante el Zenit se transformaron en una demostración del poderío y el talento de la escuadra azulgrana en el quinto y definitivo. El juego colectivo del Barça devastó a la escuadra rusa,  que esta vez no consiguió cómo superar una defensa muy eficaz ni frenar un ataque con muchos recursos y jugadores aportando.

Calathes le dio réplica Kevin Pangos, Hanga demostró su agresividad ofensiva y Pau Gasol impuso desde el primer minuto en que relevó a Davies su capacidad para intimidara a los pívots del Zenit tan dominantes en los anteriores partidos. El Barça tomó el mando del juego desde los primeros compases del partido. Los relevos funcionaron. Bolmaro deslumbró con un mate entre los dos pívots del Zenit, Black y Poythress en una acción que no hará sino acrecentar el interés de Minnesota Timberwolves en incorporarlo cuanto antes. El base argentino de 20 años aportó en todas las facetas, siete puntos, cinco rebotes y tres asistencias. Pau Gasol acabó con cuatro tapones que revelan lo mucho que impuso a sus rivales, además de siete puntos, tres rebotes y tres robos de balón. Higgins volvió a ser el jugador más regular y uno de los que más problemas planteó a la defensa del Zenit.

El Barça tomó pronto ventaja (26-18), dominaba en el descanso (43-30), alcanzó 23 puntos de renta en el tercer cuarto (57-34) y no levantó el pie del acelerador hasta el final. El equipo que dirige Xavi Pascual en esta ocasión no consiguió imponer la eficacia de las posesiones largas que tan bien maneja Kevin Pangos, ni la eficacia de sus variantes en defensa, como la zona que tan buenos resultados le dio en el cuarto partido. Mirotic igualó su lucha con Will Thomas y KC Rivers se quedó a cero y fue uno de los que más contribuyó al fiasco de su equipo en el tiro de larga distancia. El Zenit sumó cinco triples en 22 lanzamientos de tres (22%) en contraste con el 9 de 16 (56%) del Barça, también superior en el rebote, aspecto del juego en el que tan superior había sido su rival en el cuarto partido, con 14 capturas más. Las correcciones de Jasikevicius y de sus jugadores en el partido decisivo surtieron efecto y se ganaron a pulso el pasaporte para la Final Four en la que su objetivo será ganar por tercera vez el título, tras los éxitos de 2003 en Barcelona y 2010 en París.

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