CRÓNICA
El Barça marca territorio en Madrid
El Barça dejó otra señal de su hegemonía esta temporada en la Euroliga y en los clásicos, con su cuarta victoria seguida ante el Real Madrid. Mirotic y Oriola oficiaron un triunfo ajustado (76-81), pero a la vez perfectamente construido por un equipo que dio la sensación de no tener que forzar en exceso para resolver. El Madrid se batió con orgullo y mantuvo opciones hasta casi el final, pero al mismo tiempo dejó ver sus costuras, la falta de recursos y la insuficiente aportación de algunos de sus hombres como Thompkins, Tyus o el inexperto Garuba en un momento en que las bajas de Llull, Rudy Fernández y Randolph reclaman mucho más de ellos.
Saras Jasikevicius va afinando su equipo, introduciendo retoques, acumulando y mejorando recursos que pueden ser necesarios también en situaciones más exigentes. La del quinto clásico de la temporada –la única victoria del Madrid fue en el primero, en la Supercopa-, la solventó el Barça con una relativa tranquilidad.
Mirotic, además de una anotación discreta para él (13 puntos), se multiplicó en el rebote (5), en las asistencias (5), en el desborde en el uno contra uno (recibió ocho faltas) y en acciones resolutivas, como un tapón a Deck.
Oriola fue quien incidió en la línea de flotación del Real Madrid. El ala-pívot catalán formó en el quinteto titular y con dos triples en el inicio puso en apuros a Tavares. Jasikevicius, como ya sucedió en la final de Copa, concibió una estrategia para hacerle lo más difícil la vida al pívot del Madrid. El dilema para el Madrid es que si Tavares salía de la zona para tapar los triples de Oriola, se arriesgaba a dejar un espacio en la zona que podían explotar Mirotic o Claver, que también formó en el quinteto titular, a pesar de que acaba de recuperarse hace dos semanas de una lesión que le tuvo de baja desde octubre.
El Barça se prodigó en los triples durante el inicio del partido y abrió una brecha de siete puntos (0-7 y 6-13). El Real Madrid redujo la distancia porque dominó el rebote. Llegó a adelantarse cuando Abalde y Laprovittola enlazaron aciertos desde más allá de la línea de 6,75 metros (31-30).
Garuba, la perla del Madrid, pagó sus errores en los uno contra uno con cuatro faltas en cuatro minutos. El Barça estuvo más certero en las transiciones y en la defensa, en zona durante varios momentos tras el descanso. El Madrid perdió muchos balones y sufrió, aunque Abalde, que acabó jugando de base, demostró su talento y posibilidades. El jugador gallego lideró a su equipo, con Deck y Tavares más entonados y resolutivos en el último tramo.
El Madrid mantuvo las espadas en alto, con el empate a 68 puntos cuando faltaban tres minutos. Pero el Barça resolvió con solvencia. Mirotic le puso un tapón importante a Deck y evitó que el Madrid se pusiera a un punto a falta de un minuto. Y Oriola redondeó su excelente actuación anotando en la siguiente jugada su punto número 18 para poner el 72-77 cuando quedaban 55 segundos.
El Barça demostró, de nuevo en la cancha del Real Madrid, como en la final de la Copa, la solidez y los diferentes registros que es capaz de manejar. Demasiado para un Madrid combativo y con jugadores tan sólidos como Abalde, Tavares o Deck, pero escaso de recursos y capacidad para abatir al líder de la Euroliga.
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76 - 81
Parciales
19-24, 19-17, 16-16 y 22-24.
Madrid
Alocén (8), Taylor (5), Deck (17), Tyus (4), Tavares (16) —quinteto inicial—; Laprovittola (6), Abalde (11), Carroll (5), Causeur (3), Garuba (1) y Thompkins (0).
Barça
Calathes (11), Higgins (8), Claver (0), Mirotic (13), Oriola (18) —quinteto inicial-; Abrines (5), Kuric (11), Hanga (5), Smits (3) y Davies (7).
Árbitros
El Barça dejó otra señal de su hegemonía esta temporada en la Euroliga y en los clásicos, con su cuarta victoria seguida ante el Real Madrid. Mirotic y Oriola oficiaron un triunfo ajustado (76-81), pero a la vez perfectamente construido por un equipo que dio la sensación de no tener que forzar en exceso para resolver. El Madrid se batió con orgullo y mantuvo opciones hasta casi el final, pero al mismo tiempo dejó ver sus costuras, la falta de recursos y la insuficiente aportación de algunos de sus hombres como Thompkins, Tyus o el inexperto Garuba en un momento en que las bajas de Llull, Rudy Fernández y Randolph reclaman mucho más de ellos.
Saras Jasikevicius va afinando su equipo, introduciendo retoques, acumulando y mejorando recursos que pueden ser necesarios también en situaciones más exigentes. La del quinto clásico de la temporada –la única victoria del Madrid fue en el primero, en la Supercopa-, la solventó el Barça con una relativa tranquilidad.
Mirotic, además de una anotación discreta para él (13 puntos), se multiplicó en el rebote (5), en las asistencias (5), en el desborde en el uno contra uno (recibió ocho faltas) y en acciones resolutivas, como un tapón a Deck.
Oriola fue quien incidió en la línea de flotación del Real Madrid. El ala-pívot catalán formó en el quinteto titular y con dos triples en el inicio puso en apuros a Tavares. Jasikevicius, como ya sucedió en la final de Copa, concibió una estrategia para hacerle lo más difícil la vida al pívot del Madrid. El dilema para el Madrid es que si Tavares salía de la zona para tapar los triples de Oriola, se arriesgaba a dejar un espacio en la zona que podían explotar Mirotic o Claver, que también formó en el quinteto titular, a pesar de que acaba de recuperarse hace dos semanas de una lesión que le tuvo de baja desde octubre.
El Barça se prodigó en los triples durante el inicio del partido y abrió una brecha de siete puntos (0-7 y 6-13). El Real Madrid redujo la distancia porque dominó el rebote. Llegó a adelantarse cuando Abalde y Laprovittola enlazaron aciertos desde más allá de la línea de 6,75 metros (31-30).
Garuba, la perla del Madrid, pagó sus errores en los uno contra uno con cuatro faltas en cuatro minutos. El Barça estuvo más certero en las transiciones y en la defensa, en zona durante varios momentos tras el descanso. El Madrid perdió muchos balones y sufrió, aunque Abalde, que acabó jugando de base, demostró su talento y posibilidades. El jugador gallego lideró a su equipo, con Deck y Tavares más entonados y resolutivos en el último tramo.
El Madrid mantuvo las espadas en alto, con el empate a 68 puntos cuando faltaban tres minutos. Pero el Barça resolvió con solvencia. Mirotic le puso un tapón importante a Deck y evitó que el Madrid se pusiera a un punto a falta de un minuto. Y Oriola redondeó su excelente actuación anotando en la siguiente jugada su punto número 18 para poner el 72-77 cuando quedaban 55 segundos.
El Barça demostró, de nuevo en la cancha del Real Madrid, como en la final de la Copa, la solidez y los diferentes registros que es capaz de manejar. Demasiado para un Madrid combativo y con jugadores tan sólidos como Abalde, Tavares o Deck, pero escaso de recursos y capacidad para abatir al líder de la Euroliga.
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