El Barça prosiguió en su línea ascendente con una convincente victoria en la cancha del Khimki. El equipo de Saras Jasikevicius fue superior y marcó diferencias abismales a partir del tercer cuarto. Dominó desde las espléndidas actuaciones de Cory Higgins y Nick Calathes, el abrumador dominio en el rebote y la eficacia defensiva de la segunda parte en la que el Khimki solo pudo anotar 27 puntos, 21 menos que en la primera.

El juego colectivo de los azulgrana se afianza con la aportación de casi todos los jugadores que está utilizando Jasikevicius. Sergi Martínez cada vez se muestra consolidado. Westermann evidencia su categoría a pesar de que acaba de incorporarse al equipo y en Moscú apenas destacó en la estadística. Otros, como Smits, Abrines, Oriola o Hanga, volvieron a responder cuando el equipo más lo necesita que, es más que nunca, debido a las ausencias de Mirotic, Davies y Claver durante las últimas semanas.

La victoria del Barça fue contundente. Fue la segunda seguida en la Euroliga, muy necesaria después de las tres derrotas anteriores, y en vistas al próximo compromiso en la cancha del líder, el CSKA, de nuevo en Moscú.

La abrumadora superioridad de los azulgrana en el rebote, con 40 capturas, por solo 19 del Khimki, sentó las bases para que sus jugadores se sintieran cómodos y fueran ampliando su ventaja, especialmente a partir del tercer cuarto.

Higgins demostró su calidad y capacidad para destacar en todas las facetas del juego, con 18 puntos, 4 rebotes, 5 asistencias y 4 robos de balón, además, sin ninguna pérdida. Calathes propulsó el juego del Barça con 15 asistencias, la plusmarca en la historia del equipo en esta competición, aunque el base greco estadounidense logró su récord hace un año cuando todavía jugaba en el Panathinaikos y sumó 18 en un partido ante el CSKA.

El Khimki salió en tromba y dinamitó la defensa del Barça con tres triples seguidos. Fue un espejismo. Abrines respondió de inmediato y restableció la igualdad. La irrupción de Kuric, que convirtió los cuatro triples que lanzó, ayudó a su equipo a situarse por delante y a abrir una primera brecha interesante (36-45). El Khimki se fiaba a sus notables porcentajes de acierto en los triples, con su figura, el exnba, Alexey Shved, lanzando a veces desde posiciones lejanísimas. El Barça apretó atrás durante la segunda parte y aprovechó a la perfección los agujeros que dejó la defensa del equipo ruso.

Higgins y Calathes manejaron el ritmo del partido con una superioridad abrumadora. El resultado fue que Smits, y Oriola pudieron anotar varias canastas fáciles, y en ocasiones fueron los propios Higgins y Calathes quienes penetraron entre los defensores del Khimki para anotar con comodidad. El Barça llegó a mandar por 20 puntos (67-87) y dejó el partido visto para sentencia muy pronto ante un rival que sumó su décima derrota seguida y que no gana en Europa desde el 17 de noviembre.

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